Tom Pidcock llegó este sábado a la Strade Bianche como defensor del ‘título’ conquistado en la edición de 2023. Y a pesar de no haber estado al nivel del año pasado, en el que ganó en solitario, al estilo de Tadej Pogacar, el británico hizo un esfuerzo por subir al podio, lanzando una persecución tardía al letón Toms Skujins (Lidl-Trek) y al belga Maxim Van Gils (Lotto Dstny). Sin embargo, tuvo que conformarse con el cuarto lugar…

“Después del ataque de Tadej [Pogacar] parecía que estábamos en una ‘grupetta’, tal era el ritmo que íbamos. ¡Es la más pura de las verdades!”, admitió Pidcock, refiriéndose al grupo perseguidor en el que estaba incluido.

Pogacar atacó a más de 80 kilómetros del final de la carrera, dejando atrás a todos, y rápidamente consiguió una ventaja decisiva, que llegó a los cuatro minutos y acabó en casi tres, después de que el esloveno decidiera relajarse en los últimos kilómetros…

“Me sentí como si todos estuviéramos muertos”, añadió Pidcock. “Esperé demasiado para responder e ir tras el tercer o segundo puesto. Ya era demasiado tarde y por eso no funcionó”, analiza el corredor del INEOS Grenadiers. “Si hubiera leído mejor la carrera, podría haber terminado segundo, ¡pero no tengo excusas para ello, la verdad!”, reconoce.

En 2024, la Strade Bianche tenía otros 30 km y más tramos de tierra, lo que la convirtió en la versión más dura de la carrera italiana hasta la fecha. “¡Corríamos como si todavía fuera la ruta anterior!”, dice Pidcock. “Pero el resultado habría sido el mismo si la distancia hubiera sido la antigua”, concluye.

Créditos de la imagen: Strade Bianche Twitter – https://twitter.com/StradeBianche/status/1763960452952842472/photo/1

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