De todas las grandes “estrellas” del ciclismo presentes en el Véneto, Italia, para disputar el mundial de gravel, fue Matej Mohoric quien destacó y ganó en solitario en Pieve di Soligo. Aún así, el drama se hizo presente con caídas y averías mecánicas…

Con casi 170 km de recorrido y 1.900 metros de desnivel positivo, los ciclistas que se alinearon en la salida, situada en el lago Le Bandie, auguraban una carrera interesante, tanto por los grandes nombres actuales como por incluso algunos veteranos… Alejandro Valverde es un ejemplo de ello.

En la primera hora de carrera, la superioridad de algunos ciclistas era visible y, como era de esperar, Wout Van Aert estaba presente, al igual que Matej Mohoric. En el km 74 se formó el primer grupo de fugitivos del día, que incluía a Wout Van Aert, Mohoric, Florian Vermeersch, Connor Swift, Alejandro Valverde y Cameron Mason.

La imprevisibilidad de los recorridos off-road se hizo notar e incluso afectó al grupo de cabeza, siendo Wout Van Aert afectado por una caída y varios fallos mecánicos, perdiendo así el contacto con la cabeza de carrera.

En cabeza ya sólo quedaban tres ciclistas: Matej Mohoric, Florian Vermeersch y Connor Swift que, a falta de apenas 30 km para la meta, ya rodaban con una diferencia de casi 4 minutos…

Connor Swift perdió el contacto con el trío en una de las cuestas del recorrido, y poco después es Matej Mohoric quien se lanza hacia delante, a falta de unos 20 km. La diferencia alcanzó rápidamente los 25 segundos, y ni siquiera una caída sufrida por el esloveno a 3 km de la meta le impidió levantar los brazos y proclamarse campeón del mundo de gravel.

Florian Vermeersch fue segundo y Connor Swift completó el podio en Italia. Alejandro Valverde consiguió la cuarta plaza, superando en el sprint a Keagan Swenson.

Fotos: Movistar (Alessandro Perrone/SprintCyclingAgency©) // Twitter UCI

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