Chris Froome continúa su cruzada por los problemas de seguridad en el ciclismo de ruta profesional. Tras denunciar los riesgos de las bicicletas de contrarreloj, a raíz del accidente de Egan Bernal (y del que él mismo fue víctima en 2019), el corredor británico reflexiona ahora sobre el exceso de información y la abundancia de datos de rendimiento a los que tienen acceso los ciclistas modernos en entrenamiento y competición.
“Hay algunas tecnologías que han jugado un papel importante en el desarrollo del ciclismo en los últimos diez o quince años. Sobre todo, la cantidad de datos que proporcionan los potenciómetros. Recolectar todos estos datos hace que el rendimiento esté más orientado”, explica el corredor de Israel-Premier Tech.
“En el pasado, aunque ya existían potenciómetros, nadie sabía con certeza cómo entrenar con ellos o qué significaban exactamente los datos. Ahora tenemos muchos datos, incluso de los corredores que ganan las carreras más importantes del mundo, y esos datos son la base de todos los planes de entrenamiento y todos los preparativos de carrera”, explicó Froome.
“Todos los corredores tienen un plan de entrenamiento bien estructurado. Es muy raro encontrar a alguien que coja la bici y se vaya a competir. Todo el mundo tiene un entrenador, una agenda a seguir, y eso es un cambio respecto a hace quince años”, continúa.
El británico también protesta por las comunicaciones por radio, que permiten a los corredores anticipar diferentes situaciones de carrera, como posibles lugares de riesgo en el recorrido, pero que, según Froome, tiene el efecto contrario, haciendo que las competiciones sean más peligrosas. “Todo el mundo sabe lo que viene, y cuando se trata de reposicionamiento, es una lucha”, declara.
“Alguien en el coche del equipo dice en el auricular: ‘Está bien, muchachos, se acercan a un pueblo con caminos sinuosos y peligrosos, el camino es angosto y hay un pequeño puente con una curva en ángulo recto más allá’, e inmediatamente todos aceleran arriba, porque quieren ser de los primeros en llegar. Si estás al final del grupo, estás atascado. Este es probablemente el único deporte en el que el ritmo aumenta cuando el peligro es inminente. Es instintivo”, advierte Froome.
“Creo que las carreras como resultado de eso se han vuelto más peligrosas. Tener más información ha hecho que las carreras sean más peligrosas. Anteriormente había mucha tensión de posicionamiento”, defiende el cuatro veces ganador del Tour de Francia.
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