Llegan las Navidades (están a la vuelta de la esquina) y pueden ocurrirnos dos situaciones: que queramos regalar una bicicleta o que, los queridos Reyes Magos nos traigan una. Queremos darte unos consejos para que, la ilusión que supone el día de Reyes (o el de Papá Noel, eso según tradiciones), tanto por ver a nuestros seres queridos alegres y contentos por su regalo, como la alegría de uno mismo al descubrir nuestra sorpresa, no se convierta en un mal trago que amargue las fiestas navideñas.
Ojo con una compra “a lo loco”: los establecimientos, por Ley, no están obligados ni a cambiar el producto ni a devolver el dinero (solo por defecto o publicidad engañosa).
Quiero regalar una bicicleta
No es una fácil decisión. Hay muchas opciones donde elegir, debido a la cantidad de categorías que existen, el equipamiento o acabados disponibles de cada modelo, el color, etc. Y además, tenemos que dar con la talla correcta. Así que os indicamos unos conceptos que hay que tener claros a la hora de adquirir una bicicleta para regalar:
–Tipo de bicicleta: Primero tenemos que realizar un gran trabajo de investigación para averiguar qué modalidad de bicicleta (y también el color, que es una cuestión importante) es la deseada por el receptor de la sorpresa. A veces desean seguir con el mismo tipo de modalidad que ya tienen y otras veces quieren probar nuevas alternativas; o directamente es nobel en esto del ciclismo y hay que dar con la “tecla”. El rango económico va a marcar esta elección, ya que algunas modalidades solamente las encontramos en monturas de precio medio-alto (bicicletas Aero en carretera, doble suspensión en Mtb…). Si va a ser la primera bici, es mejor no aventurarse en gastarse una gran cantidad de dinero ni experimentar con modelos extremos, no sea que nuestro querido familiar o amig@ la use solamente un par de veces.
Además, en este caso, es interesante aprovechar las ofertas que por estas fechas tienen las tiendas de modelos de la temporada saliente, ya que entendemos que un primerizo no va valorar en exceso si el modelo es de la pasada temporada o de la que entra. Dentro del rango económico disponible, tampoco siempre lo más caro ha de ser lo mejor ya que, cuanto más alto sea el precio de adquisición, también más caro será el mantenimiento. Con los niños todo es un poco más fácil, ya que ellos suelen tener muy claro el tipo de bicicleta que quieren (BMX, paseo, dirtjump, mtb…) y además lo pregonan a los cuatro vientos (contando con la inestimable ayuda de la carta a los Reyes).
Por otra parte, en Mtb suelen existir una o dos terminaciones por modelo o medida de rueda, por lo que la elección es más simple. También hay que tener en cuenta que los peques la van a usar un par de temporadas, ya que en ese período de tiempo se les quedará pequeña. Es útil elegir una montura neutra, que pueda ser heredada por otros integrantes de la familia (rara vez un niño querrá una bici color rosa de su hermana, prima…).
–Talla de la bicicleta: Un tema bastante peliagudo. Tenemos que saber sí o sí la estatura del futuro usuario. No es un dato que nos diga exactamente la talla de la bicicleta, pero es el único que podemos tener como orientación, ya que lo ideal sería la medida de la entrepierna, pero siendo un regalo, entendemos complicado conseguir ese dato. Si la persona a la que va dirigida la bicicleta sabe de su sorpresa (por lo cual ya no será una sorpresa), podemos pedirle esa información o directamente que se pase por la tienda a probar un modelo; no hace falta decirle exactamente cual se ha elegido, solamente ha de probar un modelo cualquiera (dentro de la modalidad escogida) de la misma marca, porque otro dato que tenéis que tener claro es que, como en casi todo, las tallas pueden diferir de unas marcas a otras.
Y si hablamos de niños, pues algo parecido; es muy típico ir a la tienda y pedir una bicicleta para una determinada edad, pero además de ese dato es fundamental la estatura (no todos los niños de una misma edad miden lo mismo). En este caso siempre será mejor errar por exceso que por defecto (los niños crecen, lo adultos, desgraciadamente, no).
– Establecimiento especializado: Cuando no tenemos muy claras las cosas, siempre es mejor acudir a un establecimiento especializado, donde tengan pleno conocimiento de la bicicleta. De esta manera nos podemos dejar aconsejar con casi todas las garantías de éxito. Y es muy importante dejar las condiciones de compra “claras y cristalinas”: tenemos que aclarar qué pasaría en caso de querer devolver o cambiar la montura. Según el Real Decreto Legislativo 1/2007 (el cual aprueba la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios), los establecimientos no están obligados a cambiar el producto ni a devolver el dinero. Solo se obliga el cambio en determinadas circunstancias, como es por defecto o publicidad engañosa.
Solamente en la venta a distancia o a domicilio la ley nos permite devolver el producto en un plazo de 7 días. Por eso es recomendable hablarlo con el establecimiento, y es que hay que tener en cuenta que muchas veces las bicicletas se encargan a las fábricas bajo pedido y que, en otros tantos casos, los establecimientos han de pagarlas por adelantado, así que el cambio puede suponer un problema, por lo que es mejor tenerlo todo bien atado para que nadie salga perjudicado y, sobre todo, para no quedarnos con algo que no nos vale o, simplemente, no gusta.
Queridos Reyes Magos: quiero una bicicleta
Si estamos con la idea de adquirir una bici y vemos, aunque sea una remota posibilidad, de que los Reyes (o Papá Noel) nos la traigan, tenemos que “machacar” a los nuestros (aunque se quejen, que lo harán) con nuestros gustos o preferencias, por si “suena la flauta”. Tener alguna bicicleta ya vista, incluso haberla ido a probar para saber y transmitir nuestra talla, comentar el color que más nos atrae o el acabado, es algo muy útil de cara al que vaya a ser el comprador. Y sobre todo ser realista, ya que todos sabemos por dónde se puede mover, económicamente hablando, nuestra familia o amigos.
Y también es muy importante dejar muy claro qué es lo que no nos gusta, ya que no es lo mismo comentar nuestras preferencias (siempre abiertas a alguna variación) que dejar muy claro lo que no vamos a admitir (motivo más que suficiente para devolver la bicicleta).
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