Por Toca empezar a pensar en otros retos de cara a 2022. Mathieu van der Poel sigue sin querer dedicarse únicamente a la carretera y ahora añadirá otra vertiente a su calendario: el gravel.
El próximo fin de semana, 8 y 9 de octubre, se disputará el primer Campeonato del Mundo de tierra y Van der Poel se unirá a Peter Sagan y Greg van Avermaet. Un cambio de escenario muy bienvenido para los holandeses, después de unos Mundiales fuera de casa para olvidar.
Era uno de los favoritos en Wollongong, Australia, pero se retiró muy temprano en la carrera. Pasó parte de la noche anterior en la comisaría por un altercado con dos adolescentes.
Todo acabó en una multa para Van der Poel que ahora se centrará en su debut en la tierra. A su lado estará su compañero de equipo en el Alpecin-Deceuninck, Gianni Vermeersch. Ambos estarán también juntos cuando comience la temporada de ciclocróss.
En este aspecto, Van der Poel es un especialista, con muchas, muchas victorias, incluidos cuatro títulos mundiales. El holandés dice que “se está escribiendo un poco de historia” en este debut sobre las ‘Gravel’.
“Es la primera carrera de Gravel de mi carrera. Entrené por primera vez en una bicicleta de este tipo y parece estar en algún lugar entre la carretera y el ciclocróss. La adaptación a la bici no fue mala”, subrayó el ciclista en un comunicado, citado por Cycling Weekly.
Sin embargo, aunque seguro llamará mucho la atención, Van der Poel dice que el principal objetivo es divertirse, pero claro, si se siente bien, buscará el mejor resultado posible.
El recorrido del norte de Italia, en el Véneto, tendrá zonas muy similares a las que forman parte de la Strade Bianche, carrera que ganó Van der Poel en 2021.
La carrera élite masculina tendrá 190 kilómetros y 800 metros de desnivel, con un total del 73% de tierra. La femenina tendrá 140 kilómetros con un 69% de tierra y 700 metros de desnivel acumulado.
Fotos: Alpecin / Tour de Francia
