Mañana domingo tiene lugar el Tour de Flandes, el segundo monumento de la temporada, tras la Milán-Sanremo de hace dos semanas, que consagró por primera vez en su carrera a Mathieu Van der Poel, protagonista de un devastador ataque en la final de Poggio.

Tras el recorrido más largo de todas las carreras del WorldTour y la suavidad del terreno de la Classissima italiana, las durezas de las paredes asfaltadas, los tramos expuestos al viento, llega con el Tour de Flandes.

La ‘Ronde’ es un mito… por el que toda una región, todo un país, se apasiona desde hace más de un siglo. Desde Omloop Het Nieuwsblad, los primeros derbis flamencos, la emoción y el entusiasmo de la afición flamenca crece hasta el primer domingo de abril.

Una carrera que despierta pasiones y moviliza un fervor sin igual por los estrechos caminos empedrados. La cercanía del público a los corredores, a su esfuerzo, es mayor que en cualquier otra prueba ciclista -sin que se conozca ningún incidente grave-. Imagínate, más de millón y medio de personas, de todo el mundo, concentradas a lo largo de los 260 kilómetros, y la mayoría en las subidas cortas.

Estos ‘bergs’ son el mayor atractivo de esta carrera. Corto, empinado, angosto, cubierto de adoquines, muchas veces en mal estado, hace aún más hercúlea la tarea de los corredores. La repetición de las ascensiones, unida a la extrema importancia de la posición anterior a cada una, dotan a esta carrera de una dificultad y nerviosismo incomparables.

Varios de estos ‘bergs’ son míticos: el Taaienberg, donde Tom Boonen se ponía a prueba, el terrible Koppenberg, con su 22% de pase, el Old Quaremont, la subida más larga del recorrido, donde acuden decenas de miles de aficionados a animar los campeones, y por supuesto el Paterberg, vigilante del Tour de Flandes desde 2012, con 360 metros y un desnivel medio del 12,6%. Para todos los amantes del ciclismo, estos son lugares imperdibles, donde brilla la pasión compartida de generación en generación. En definitiva, huele a ciclismo, puro, duro.

Van der Poel podría unirse a la élite de la Ronde

Creado en 1913, el evento completa este domingo su 107 edición. En la lista, seis corredores comparten el récord de victorias (3): los belgas Achiel Buysse (1940, 1941 y 1943), Eric Leman (1970, 1972 y 1973), Johan Museeuw (1993, 1995 y 1998) y Tom Boonen ( 2005, 2006 y 2012), el italiano Fiorenzo Magni (1949, 1950 y 1951, el único que ha logrado el hat-trick) y el suizo Fabian Cancellara (2006, 2010 y 2013).

Mathieu van der Poel podría unirse a este club muy exclusivo si gana el domingo. Muchas otras leyendas del ciclismo también han inscrito sus nombres en la historia de la carrera. Briek Schotte, apodado “El Último Flandriano”, por su fuerza sobrehumana y resistencia al dolor, Rik Van Steenbergen, Rik Van Looy, Eddy Merckx, Roger De Vlaeminck, Jan Raas, Adrie van der Poel, Moreno Argentin, Michele Bartoli o incluso Peter Sagan.

Varias ediciones de la Ronde dejaron su huella, especialmente la del 7 de abril de 1985, con la victoria de Eric Vanderaerden en condiciones apocalípticas, donde solo 24 pilotos de los 173 participantes llegarán a la meta. El frío, la lluvia y el viento hicieron estragos en gran parte del pelotón. O la de 1992, y la épica cabalgada de Jacky Durand, el último superviviente de la huida de madrugada, para resistirlo todo y todos para ganar en solitario.

4 de abril de 2010: Tom Boonen vs. Fabian Cancellara

Pero una de las ediciones más recordadas es la de 2010. Los dos grandes especialistas en las clásicas adoquinadas, Tom Boonen y Fabian Cancellara, eran los grandes favoritos y se lanzan al ataque en Molenberg, a 45 kilómetros de meta. Nadie pudo seguirlos.

Pasaban los kilómetros, los dos campeones colaboraban a la perfección y la ventaja aumentaba. Todo se jugará en Mur de Grammont, luego a unos 15 km de la línea. Todos se preguntan cuál será la actitud de los dos campeones. ¿Van a atacar? La respuesta no se hizo esperar.

En los pasajes más empinados del muto, el campeón suizo realiza un ataque irresistible, al que el campeón belga es incapaz de responder. Especialista en esfuerzo en solitario, Fabian Cancellara devoró los últimos 16 km y ganó en Meerbeke por segunda vez en su carrera. Tom Boonen terminó segundo y Philippe Gilbert, que en ese momento prefería las clásicas de las Ardenas, completó un podio de ensueño.

2 de abril de 2017: ataque ‘en solitario’ de Philippe Gilbert

Otra edición épica fue la que ganó Philippe Gilbert, en 2017. Con el maillot de campeón de Bélgica, el corredor de Remouchamps nos ofreció un recital ‘en solitario’ digno de los más grandes. A 95 km de la meta, en el Muro de Geraardsbergen, realizó una primera selección en compañía de Tom Boonen, entonces su compañero en Quick-Step Floors, en su última temporada. Atrás quedan Peter Sagan y Greg Van Avermaet, dos de los grandes favoritos.

Por delante de estos titanes pavé, la primera secuencia Old Kwaremont-Paterberg, a unos 50 km de la meta en Oudernarde. Gilbert decide acelerar cuando ve al grupo de perseguidores a punto de alcanzarlo y vuela sobre los adoquines. Ningún miembro de su grupo tiene la fuerza suficiente para seguirle el ritmo, dejándole, en solitario, más de una hora de esfuerzo hasta el final. Pura locura, piensa uno. Koppenberg, Steenbeekdries, Taaienberg, Kruisberg, surgieron dificultades, y el corredor de Quick-Step no flaqueó, su ventaja se mantuvo alrededor de un minuto, pero no bajó.

Luego vino la subida final de Old Kwaremont. Con equipo masivo, Gilbert rompe los pedales, llevado por una multitud que vitorea. Pero por detrás, Sagan y Van Avermaet abandonaron la subida solo acompañados por Oliver Naesen. Gilbert no resistirá, no es posible… Pero luego la carrera cambió…

Peter Sagan, al frente de este trío, golpeó una barrera y cayó, arrastrando consigo a Van Avermaet y Naesen. “Los tres en el suelo”, gritaban histéricos los comentaristas. Philippe Gilbert no está atrapado y ganaría ese Tour de Flandes de 2017. Nunca sabremos si los tres ilustres perseguidores lo habrían atrapado, pero aquel día quedaba una certeza: el Jabalí de las Ardenas era indomable. A la edad de 36 años, Gilbert ganó su tercer monumento diferente, después del Giro da Lombardía en 2009 y 2010 y la Liège-Bastogne-Liège en 2011.

¿Quién ganará en 2023?

Con respecto a esta 107ª edición del Tour de Flandes, una cosa es cierta: se han reunido todos los ingredientes para presenciar una carrera para la historia. La nueva generación, repleta de pilotos excepcionales, entre los que se encuentran los ‘tres fantásticos’, Wout van Aert (Jumbo-Visma), Mathieu van der Poel (Alpecin-Deceuninck) y Tadej Pogacar (UAE Emirates), a los que se suma un Tom Pidcock (INEOS Grenadiers) o un Julian Alaphilippe (Soudal Quick-Step).

Súmale el entusiasmo y la pasión del público y la Ronda del 2 de abril de 2023 ¿tiene lo necesario para ser legendaria? La respuesta este domingo, en Minderbroedersstraat en Oudenaarde.

Foto: UAE Emirates

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