Al término de la primera semana del Tour de Francia, Tadej Pogacar, principal favorito señalado antes de la carrera y ya maillot amarillo, asume esa condición de momento sin complejos.
Ganador de dos etapas consecutivas, en Longwy y La Super Planche des Belles Filles, y líder de la clasificación general desde el final de la 6ª etapa, el esloveno no ha frenado su ímpetu ganador, para muchos comparado con el ex ‘Caníbal’ Eddy Merckx, y que le ha valido, cuando no gana, acumular unos segundos de bonificación sobre sus rivales.
La impresión es que el líder del UAE Emirates tiene la carrera controlada, aunque con mucha menor ventaja sobre el segundo que en la misma etapa de la edición del año pasado. Jonas Vingegaard (Jumbo-Visma) está a ‘solo’ 39 segundos de Pogacar, cuando en 2021 el rival más cercano, Ben O’Connor (AG2R Citroën), ya estaba a 2,01 minutos.
Pese a esta menor comodidad en la clasificación, Pogacar mostró serenidad al hacer balance del primer tercio del Tour. “Uno nunca dice que no al maillot amarillo, es muy especial”, responde, cuando le preguntan si no vistió demasiado pronto ese símbolo de liderazgo.
“Siempre es mejor estar un paso adelante que un paso atrás. Actualmente estamos en la ‘pole position’ y podemos controlar las cosas, lo que es más fácil para mí y para el equipo. Ayer [el domingo] podríamos haber optado por renunciar a la camiseta si hubiéramos querido, pero a mis compañeros les encanta tanto como a mí”, dijo Pogacar en rueda de prensa en el segundo día de descanso del Tour.
“En mi opinión, es bueno tener el maillot amarillo y espero mantenerlo hasta el final”, asume el esloveno, quien garantiza no verse “como un caníbal” a pesar de las “voluntades de querer ganar siempre”.
Pogacar dice que no le asustan las altas temperaturas anunciadas esta semana –“No tengo miedo, serán las mismas condiciones para todos y ni me siento mal por el calor”-, y también es atrevido y conciso sobre la amenaza del Covid: “Si una persona da positivo, y muy por encima del límite, significa que efectivamente se contagia y no te conviene convivir con compañeros y empleados. Así que lo mejor es volver a casa, tanto si llevas el maillot amarillo o no”.
Foto Thomas Samson / AFP