Por Vittoria tiene la buena costumbre de publicar periódicamente lo que han denominado ‘White Papers’ (papeles en blanco), una serie de documentos que vienen a desgranar todo lo que has de saber sobre los neumáticos (y sobre lo que los rodean, como pueden ser las cámaras).
Y nosotros, haciéndonos eco de ellos, los aprovechamos (¡para eso están!) para transmitirte algunos conocimientos que posiblemente conozcas… pero, en caso contrario, servirán para que aumente un poco más tu cultura ciclista, algo que todos los aficionados ansiamos tener.
Vittoria comienza diciendo en este capítulo que, la mayoría de las veces se le da una grandísima importancia (que la tiene) a las gomas que componen la parte exterior del neumático y que, al final, es lo visible y lo que contacta con el suelo. Evidentemente es de vital importancia.
Pero, la carcasa, ‘eso que no se ve’, también tiene su influencia en el buen hacer de un neumático y, su construcción también ha de ser tenida en cuenta. Una carcasa va a aportar dos características fundamentales al neumático: por un lado, la resistencia ante los posibles pinchazos y, por otro lado, la flexibilidad de la cubierta, algo vital para aportar un buen agarre y comodidad.
Según los italianos, posiblemente la tela que confecciona la carcasa sea “el componente más importante de todo el sistema del neumático. Esta tela es el quid de la historia. Y define en gran medida la calidad de conducción, así como como resistencia a la abrasión y a los pinchazos”.
Los materiales más comunes que se utilizan para la fabricación de una carcasa son de nailon (la opción sintética) y el algodón y la seda (las opciones de fibras naturales). Te contamos un poco sobre el material y la construcción de las carcasas.
Carcasas de Nailon (TPI: 26-150)
Los neumáticos con carcasa de nailon son los más utilizados a día de hoy, abarcando un extenso rango tanto de utilizaciones como de precios.
El nailon se utiliza para formar una fibra sintética que luego se teje en una tela: formaría la construcción básica de la carcasa. La idea para aportar una gran resistencia es que esa tela ha de cortarse de tal manera que los hilos se opongan a la dirección de la rodadura (en un ángulo, a menudo, de 45º).
A esa tela llega después el caucho que la cubre (se presiona en la tela usando calor). Esta construcción en nailon es utilizada solo en neumáticos clincher, por lo que luego a esa tela se añaden los alambres del talón que se enrollan en el borde.
Sobre la zona cubierta de caucho se coloca la banda de rodadura. Toda esta ‘construcción’ se coloca en un recipiente sellado o molde, junto con un alto nivel de calor. Una especie de vejiga presionará desde dentro a la zona de la banda de rodadura (para que se adhiera correctamente). Este proceso se conoce como vulcanización.
Carcasas de Algodón (TPI: 220-320)
Según la propia Vittoria (y de esto sabe mucho)…“Se han utilizado tripas de algodón de una forma u otra durante más de 100 años”. El algodón moderno se utiliza generalmente para neumáticos de competición de alta gama, especialmente en las categorías de Carretera, Gravel y Ciclocross.
Su construcción es similar a una carcasa de nailon, aunque con el algodón como materia prima, claro está. Las fibras también se tejen en una tela, y se orientan igualmente en un ángulo determinado con respecto al sentido de la marcha.
Luego, esta tela, en lugar de ser impregnada con caucho a base de butilo (que es una pasta muy espesa), se utiliza el látex que penetra mucho mejor en la tela ya que el espacio entre las fibras de algodón es menor que con el nailon.
A día de hoy se utiliza también el vulcanizado para la contrucción (como las carcasas de nailon). Pero, como este material ha sido utilizado casi desde los comienzos de la bicicleta, el proceso de fabricación también ha sido ‘manual’ (bueno, y sigue siendo en muchos de los casos con los neumáticos tubulares)…
Para el caso de los ‘hecho a mano’, se crea una funda de algodón (ya sea tubular o clincher) utilizando el látex impregnado tela para posteriormente pegarse la banda de rodadura a modo de tapa utilizando un adhesivo especial (así de simple…¡y así de complicado!).
Carcasas de Seda (TPI: más de 320)
La seda se encuentran típicamente en los neumáticos dedicados a la competición en el ciclismo de carretera o pista, en gamas muy altas. Este material es extremadamente flexible, lo que aporta un tacto impresionante y unas altas prestaciones (el neumático se pega al asfalto como ninguno). Su construcción es exclusivamente para neumáticos tubulares.
El método para la producción de carcasas con seda es muy similar al del algodón, y es que la seda tiene una textura muy fina de las fibras lo que se traduce en un alto TPI: esto permite aumentar la flexibilidad y reducir la resistencia a la rodadura.
Una de las características de la seda es que la tela se confecciona con un hilo continuo (la de algodón se hace con hilos cortados), por lo que la resistencia a la tracción es altísima. Eso implica también que se utilice menos látex para cubrirla (al final, hay más seda) lo que las permute ser unas cubiertas más ligeras aún que las de algodón. Y, también, más caras…
¿Qué es el TPI?
‘Threads per Inch’ o hilos por pulgada. Este dato determina cuánto material tenemos en la carcasa, es decir, si hay un TPI alto, significa que hay muchos hilos (de nailon, algodón o seda) en una pulgada al cuadrado de superficie, lo que indica que hay menos caucho.
Esto implica una mayor flexibilidad del neumático (la ‘goma’ los hace más rígidos) y “esta flexibilidad permite que el neumático se desvíe menos de las imperfecciones de la superficie, dando como resultado unos bajos niveles de resistencia a la rodadura” aseguran desde Vittoria. Esto lleva implícito una menor resistencia ante los impactos y/o pinchazos.
Nota: Información extraída de los ‘White Papers’ de Vittoria. Las fotografías han sido tomadas de su página web.
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