Por Tras un animado comienzo en Hungría, el Giro se tomó ayer lunes un receso temprano para realizar el ‘traslado’ de la caravana a tierras italianas, a la isla de Sicilia, donde hoy retomará el camino con más emociones: la etapa 4 finaliza con la ascensión al Etna, la primera aproximación a la montaña en esta edición de la carrera.
Tras las tres primeras etapas, ¿qué nos dice este Giro? Primero, el excelente estado de forma de Mathieu van der Poel, consagrado con la victoria y la conquista del maillot rosa en la jornada inaugural y una excelente defensa en la contrarreloj del día siguiente, y también un paso indemne por la tercera etapa, que tuvo como vencedor a Mark Cavendish. Sin embargo, es probable que el holandés pierda el liderato en la clasificación general en el Etna…pero es una suposición, claro está.
En lo más alto de los favoritos está Simon Yates, por lo que hizo en la contrarreloj, pero sólo -pero eso es mucho- como indicador del estado físico del británico. Al ciclista del BikeExchange le basta acabar en el grupo de sus rivales directos -los favoritos al triunfo en el Giro- para superarles en la lucha por la ‘maglia rosa’ en el Etna.
Puede haber sorpresas de un ‘forastero’, que es parte de la fuga del día, y que puede soportar ‘un ascenso interminable de 22,8 km hasta la cima del volcán, estando lo suficientemente cerca de Yates en general para tomar la delantera’. Fortalécete, para una ‘rosa sorpresa’, escapar es la única posibilidad que se vislumbra.
Por otro lado, a pesar de esa larga extensión, la ascensión al Etna no tiene una inclinación (media o en sectores continuos) que permita marcar diferencias sustanciales entre las mejores. Así que no esperes que uno de estos se lleve un hacha (aunque sea el primero) por la decisión de este Giro. Pero algunos (o algunos) pueden perder, de entrada, sus pretensiones a los primeros puestos de la clasificación final. Les basta con tener… un mal día.
