David Cachón nos trae más historias (acompañadas siempre de unos vídeos y fotografías espectaculares) de sus aventuras por la geografía española. En GoRide nos gusta hacernos eco de sus hazañas porque siempre está bien (muy bien) oír las experiencias de “riders” tan experimentados como él. Un guitarrista muy famoso (no viene al caso su nombre) dijo aquello de que…”el conocimiento habla pero la sabiduría escucha…”. Pues eso. Te dejamos con las impresiones de David en sus andanzas por Navarra…
Surfeando la tierra a pedales
“El Desierto de las Bárdenas Reales esta a poco menos de una hora de mi casa, realmente es alucinante, es un fuerte contraste porque se encuentra a tan solo 70 kilómetros de los Pirineos, un lugar que conozco bien. He montado allí muchas veces y soy consciente de que es una zona muy especial y no siempre fácil”.
“Este lugar puede llegar a confundirte, visualmente es tan brutal que puede hacer que nuestra mente y nuestra imaginación vayan por encima de nuestras limitaciones. En determinadas zonas de este desierto es difícil montar en bicicleta, pero sin duda merece la pena explorarlo”.
“Su fauna y su flora son más propias del continente africano que del norte de la Península Ibérica, llegando a ser paraíso antaño de cocodrilos y tortugas.
Hoy día, águilas, buitres, búhos, avutardas, zorros, gatos monteses, ginetas, anfibios y reptiles campan entre matorrales, sisallares*, saladares y espartales*. Es como encontrar un oasis en mitad del desierto… Solo que al revés”.
N. de la R: Sisallares son formaciones leñosas donde predomina un arbusto, el Sisallo. Son muy comunes de Navarra. Los espartales son pastos duros dominados por el Esparto.
Cuando solo importas tú, la bicicleta y el entorno
“Perderte entre kilómetros y kilómetros de caminos rodeados de brutales “bad-lands”, formados por la erosión de una climatología dura, son un buen indicativo de que aquí las cosas puedes ponerse difíciles si cometes errores. Por eso es importante contar con un buen material, pensado y enfocado a lo que puedas encontrarte”.
“La ruta que prepare para esta aventura estaba por debajo de los 100 km pero os aseguro que es muy dura y más teniendo en cuenta que quería que transcurriese por algunos de los lugares con más difícil acceso de las Bárdenas. Lugares muy técnicos que no permiten error.
Un “riding” técnico que me permitiese poner a prueba la nueva horquilla de Gravel que llevo instalada, pero suficientemente largo e intenso como para comprobar si la horquilla era capaz de mitigar los dolores articulares y posicionales que los días posteriores sufriría si lo realizase con una horquilla rígida de Gravel”.
“La aventura resultó épica, un sin fin de roderas, surcos, acequias, tierra suelta, zonas de muchísimo polvo y crestas de infarto. No me dejé nada por hacer, probar o rodar. Terminé exhausto pero muy satisfecho. Es esa sensación de saber que ha sido duro, te encuentras muy cansado pero al mismo tiempo estas muy feliz porque ha sido épico”.
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