Por La encuesta más reciente realizada por el sindicato independiente The Cyclists’ Alliance reveló una ampliación significativa de la brecha salarial entre las dos divisiones principales del ciclismo femenino.
Publicado el pasado martes, el estudio, en el que participaron 124 corredores profesionales, afirma que el 13% de las deportistas que compiten en equipos WorldTour recibieron más de 100.000€ en 2022 y el 24% entre 60.000€ y 100.000€. Estas cifras han aumentado un 11% y un 17%, respectivamente, en comparación con los resultados de una encuesta similar realizada el año pasado por ese sindicato de ciclistas.
Si bien los salarios en los equipos de WorldTour han aumentado, la encuesta destaca la creciente brecha salarial entre las corredoras de este nivel, el nivel superior de la UCI, y las que compiten en equipos de Continental, el segundo nivel.
“Ha habido atletas compitiendo en el Tour de Francia Femenino de este año sin salario, compitiendo contra oponentes que ganan un salario de seis cifras”, dice The Cyclists’ Alliance en un comunicado publicado por Cycling Weekly.
Según el mismo estudio, el 23 % de los encuestados dijo que no recibió un salario en 2022, frente al 34 % del año anterior. Esta mejora se debe en parte a la expansión del WorldTour femenino al comienzo de la temporada de nueve a 14 equipos.
Actualmente, solo los equipos femeninos de WorldTour están obligados a pagar un salario mínimo, que es de 27.500 € para atletas con contrato y 45.100 € para vínculos precarios (como recibos verdes). Los contratistas de los equipos de la división Continental no tienen derecho a salario.
La declaración del sindicato Alliance of Cyclists (TCA) continúa: “La UCI debería considerar soluciones para mitigar y la TCA se complace en ser consultada, ya que desafortunadamente las ‘razones financieras’ siguen siendo la principal razón por la que las corredoras se retiran del ciclismo profesional. femenino”.
Los resultados de la encuesta destacaron que solo alrededor de la mitad de las ciclistas profesionales han asegurado el ciclismo como su única fuente de ingresos, y muchas tienen un segundo trabajo o recurren a familiares y amigos en busca de apoyo financiero.
Los entrevistados en el estudio consideran el aumento de la cobertura televisiva como la medida más importante para mejorar la rentabilidad del ciclismo femenino, seguido del salario mínimo para todas las corredoras y el aumento de oportunidades para las atletas en los niveles junior, U23 y Continental.
