Hemos tenido la suerte de probar en exclusiva la CANYON Grizl CF SL 8 para Portugal desde nuestra publicación hermana GoRide.pt, disfrutando durante unos cuantos días de todas las bondades que ofrece. Y no es nada descabellado utilizar el adjetivo “sensacional ” para calificar la nueva Gravel de Canyon, la cual sigue el camino marcado por la Grail, esto es, bicicletas con el picante suficiente para circular a grandes velocidades por los caminos sin perder la esencia original del Gravel de monturas con una alta capacidad de carga (bikepackaging) y ganas de salir de viaje con o sin destino prefijado.
Equipamiento TOP
Nuestra protagonista, la CF SL 8, responde al acabado tope de la gama SL (existe un acabado más alto, el SLX), con un equipamiento extenso y un precio competitivo para lo que abunda en la competencia: y es que los 2.799 € que piden por ella parecen muy razonables.
El cuidado cuadro (fibra de carbono CF SL de la marca) se rodea de componentes con un buen acabado, pero ofreciendo una alta resistencia. Empezando por lo que nos agarra al suelo, destacar que la Canyon Grizl ofrece dos diámetros diferentes de rueda en función de las tallas: 650b para las dos más pequeñas y 700c para el resto. Nuestra protagonista calzaba unos neumáticos Schwalbe G-One Bite TLE Evo de 45 mm de anchura (el cuadro permite hasta 50 mm) montadas en las ruedas grandes (700c), con un agarre más que suficiente y un poder de filtración alto. Aunque tanto las ruedas como los neumáticos son tubeless ready, de serie se instalan cámaras. Nosotros recomendamos su conversión y, solamente en casos de largos viajes, unas cámaras pueden venir mejor por su manipulación menos compleja en caso de incidencias. Las ruedas responden a la filosofía Gravel, con un set DTSwiss G 1800 Spline DB25 en aluminio que conjugan a la perfección ligereza y resistencia.
Componentes que priman la resistencia y funcionalidad rodean el cuidado cuadro confeccionado en fibra de carbono CF SL.
La transmisión recurre a la GRX 800 de Shimano (11 velocidades), incorporando un doble plato con 48/31d que, en combinación con el cassette 11-34d, te permitirá subir cualquier pared y rodar muy rápido en la llanura. Si deseas alternar el Gravel con la carretera, el doble plato es una opción bastante recomendable. El set de frenos hidráulicos Shimano son de la serie GRX. Como curiosidad, comentar que el cuadro admite discos de hasta 180 mm, aunque los instalados son unos más que suficientes de 160 mm.
Gravel “todo uso”
Podrás pensar que hablar de “todo uso” en una Gravel es una redundancia, pero es que la Grizl explora como ninguna este concepto. Habituados como estamos (y no es un farol) a circular con monturas Gravel por los caminos habituales de nuestras pruebas, nos ha sorprendido gratamente la facilidad que tiene la Grizl para ganar velocidad, y más hablando de una bicicleta que ni está en el podio de las Gravel más caras ni su enfoque pretende que te eches a competir a las primeras de cambio.
Echando un vistazo al cuadro, nuestra protagonista utiliza la especial fibra de carbono CF SL de la marca que deja unos acabados impecables y, lo que es mejor, un peso ajustado (925 g). Sus suaves líneas dibujan una geometría que responde a las tendencias más actuales, es decir, que sin abandonar el espíritu viajero te permite rodar por singletracks en buen estado a ritmo de mtb (en buenas manos incluso más rápido). Un complemento ideal hubiera sido disponer de una transmisión monoplato que permitiera un manejo más rápido e intuitivo de las marchas. Pero, como hemos comentado, la Grizl corre de lo lindo, exigiéndote bastante ya que las reacciones en una bicicleta con un manillar estrecho, una postura a los mandos tan al ataque y unos exiguos neumáticos son menos predecibles que en una Mtb. Y en esto hay que tener especial cuidado ya que, físicamente hablando, las Gravel son exigentes, haciendo sufrir bastante a las rodillas, brazos, manos y espalda. Es lo que tiene este espíritu de montar en bicicleta sin apenas “filtros”.
La estética agresiva de la versión Matcha Splash acaba por engancharnos completamente.
Si decides irte de viaje con ella (algo para lo que nació el Gravel) has de saber que en Canyon, además de incorporar en el cuadro roscas portaequipajes por doquier e incluso hasta tres portabidones, te ofrecen un largo listado de accesorios para poder cargar todo lo que necesites: bolsas sobre el manillar, sobre la barra horizontal o bajo ella, bajo el sillín,….en fin, un alarde de “bikepackaging” en toda regla. Evidentemente si tu viaje va a ser de varios días es posible que necesites complementar este arsenal con las típicas alforjas montadas en portaequipajes. Pero volviendo a su comportamiento, la Grizl no te va a defraudar ya que ofrece una postura a los mandos lo suficientemente cómoda para que los kilómetros no te machaquen a las primeras de cambio.
Ahora la transmisión doble plato sí que es una perfecta aliada para circular por pistas o asfalto ya que no necesitas estar continuamente jugando con el cambio y el amplio rango de relaciones que te ofrece es ideal para rodar muy rápido por la planicie o subir fuertes rampas cargado hasta los topes. Y en todas las circunstancias, el set de frenos GRX firmado por Shimano sale a relucir por su facilidad en la dosificación como por la potencia que demuestra, gracias también en parte a los discos de 160 mm.
De viaje por el Camino de Santiago…
Sí, porque en Portugal también hay Camino de Santiago. Cargamos nuestra Grizl aprovechando toda la capacidad que Canyon pone a tu disposición para ver cómo se comporta con tanto peso y nos lanzamos a rodar en un entorno ideal para este tipo de monturas como es el famoso trazado que termina en Santiago de Compostela (nosotros hicimos el tramo entre Lisboa y Tomar).
Lo primera sensación que percibimos es que el peso, al ir relativamente alejado del centro de gravedad, ralentiza la reacciones de la Grizl, por lo que tendrás que ir adelantando la toma de decisiones, en especial en senderos retorcidos donde se muestra más torpe. Pero en tramos rectos, la estabilidad es soberbia. Un componente que en este tipo de utilización se muestra superlativo es la tija VCLS de ballesta que incorpora y que filtra las pequeñas irregularidades de una manera asombrosa, haciendo que el paso de los kilómetros sea un juego de niños. Por cierto, acoplamos un soporte Garmin para nuestro GPS y, gracias a su amplio cockpit (manillar de 440 mm), no nos molestó en ningún momento.
Por último comentar que el peso se mantiene razonablemente bajo, pasando de los 9,3 kgs declarados a oscilar entre 10 y 11 con pedales y bolsas varias (vacías, claro).
Conclusiones
Sí solamente buscas una Gravel para disfrutar de sensaciones distintas por tus caminos habituales tienes muchas opciones tanto dentro como fuera de Canyon. Pero si quieres vivir el auténtico Gravel que incluye salir de viaje cargado hasta las orejas, la Grizl es tu compañera ideal. No subestimes el uso de doble plato, no siempre las modas son lo más práctico. Todos los componentes están perfectamente encajados en la Grizl para hacerte la vida más fácil. Su cuadro derrocha calidad y practicidad que se podrá ver complementada con todos los gadgets de Canyon. Además, seguro que su precio acabará por convencerte.
Canyon Grizl CF SL 8: Cuadro: fibra de carbono CF SL / Transmisión: Shimano GRX 800 2×11 / Bielas: GRX 48-31d / Cassette: 11-34d / Frenos: Shimano GRX discos 160 mm / Ruedas: DT Swiss G1800 Spline DB25 / Neumáticos: Schwalbe G-One Bite TLE Evo 700×45 / Manillar: Canyon ERGO AL HB0050 / Tija: Canyon VCLS / Peso: 9,3 kgs / Precio: 2.799 €