Viendo cómo comienzan muchas grandes rondas (recuerda este año el Tour de Francia), es evidente que las caídas están ahí para todos. Pero es que, además, en las salidas por las carreteras de nuestro entorno, tenemos que sumar al duro asfalto y al hecho de rodar en grupo el aderezo extra que supone el tráfico rodado, compuesto incluso de vehículos pesados como camiones o autobuses, multiplicando el peligro de una caída.

A continuación vamos a centrarnos en cuatro aspectos (con sus correspondientes apartados) para que minimices todo lo posible los riesgos de caídas en la carretera….

1.La seguridad de nuestra bicicleta…

Llámanos repetitivos, insistentes o directamente pesados, pero no dejaremos de recomendar que tengas la bicicleta siempre a punto. En otras ocasiones lo hemos mencionado por practicidad o comodidad, pero es que nuestra seguridad también está en juego:

1) Revisaremos la presión de las ruedas antes de salir, ya que puede bajar bastante entre salida y salida y, un pinchazo o reventón inesperado puede tirarnos al suelo.

2) Mantendremos la cadena lubricada y en perfecto estado, ya que una rotura en el momento que le imprimamos máxima potencia puede ser peligroso.

3) Comprobaremos los cierres rápidos de las ruedas antes de rodar, ya que hemos podido dejar uno mal apretado el día anterior por cualquier motivo y no acordarnos de ello.

4) Realizaremos un apriete rápido de la tornillería. No hace falta revisarse de arriba abajo la bicicleta en cada salida, pero echar un ojo al apriete del sillín o a los tornillos de la potencia no nos llevará más de un minuto.

5) Es muy importante que conozcamos a fondo nuestra bicicleta, cómo suena, cómo va, prestando atención a los ruidos extraños que surjan y a las sensaciones extrañas que de ella nos puedan llegar (un neumático pinchado perdiendo aire, un ligero fallo en las pastillas de freno, una vibración extraña avisándonos de que un tornillo pueda estar flojo…). Y es que de esta manera podemos detectar posibles fallos que nos puedan llevar al suelo.

2.Vigilaremos nuestro entorno…

Poner los cinco sentidos en nuestra conducción es algo que evitará en muchas ocasiones que suframos un percance. Hay que observar el entorno y la carretera, sin despistarnos en exceso:

1) No debemos desviar la vista al frente durante mucho tiempo. Echar un vistazo muy rápido atrás por si viene un vehículo a la hora de hacer un giro es necesario, pero hazlo a baja velocidad. Y si queremos saber qué le ha pasado a un compañero que no viene o simplemente detectas que en tu bicicleta hay algo mal, lo mejor es detenerse. Si desviamos mucho tiempo la mirada, podemos invadir el otro carril sin enterarnos.

2) Vigilaremos cualquier grieta o desnivel longitudinal del asfalto, ya que nos pueden desestabilizar (en especial a baja velocidad) y llegar a tirarnos. Por no decir de otras lindezas habituales como grietas más profundas, baches (agujeros mejor dicho), alcantarillado mal puesto, bordes del asfalto con tierra…..Ojo con las carreteras que están entre sol y sombra, dificultan la visión correcta del asfalto.

3) Bajando con curvas ciegas, es importante bajar la velocidad, ya que tras ellas puede aparecernos algún imprevisto en forma de gravilla o un animal suelto, por no decir de un pequeño atasco con vehículos detenidos. No debemos correr riesgos en este sentido.

4) Mantendremos siempre un buen margen de seguridad entre nuestra bicicleta y la de nuestros compañeros de ruta para evitar pinzamientos entre ruedas. No efectuaremos movimientos bruscos e indicaremos los cambios de dirección.

5) Ojo con circular muy pegados a vehículos estacionados, ya que se pueden poner en marcha sin mirar o abrir una puerta repentinamente. Si además se dispone de dos carriles por sentido, los coches podrán adelantarnos muy pegados a nosotros, por lo que es buena idea centrarnos más en el carril, obligando a que nos adelanten por el segundo carril.

3.Factor decisivo: la conducción…

No debemos centrarnos exclusivamente en ir rápidos. Posiblemente, aunque nunca podemos descuidar nuestra seguridad, en una prueba (competitiva o no) nos permitiremos el lujo de ir más relajados, pero en carretera abierta, hemos de practicar una conducción segura:

1) Es imprescindible que evitemos el agotamiento. Forzar mucho cuando vamos frescos supone terminar la ruta extenuados. Y con ese grado de fatiga es cuando se pueden producir caídas tontas. O que directamente suframos un desvanecimiento y nos vayamos al suelo.

2) Es importante tener una activación fisiológica normal: es decir, una activación baja provocada por el aburrimiento o la excesiva relajación (nos conocemos el camino de memoria, hemos salido con pocas ganas de casa,…) o una activación alta generada en ocasiones por el estrés de una prueba competitiva (estamos demasiado pendientes de lo que nos sucede a nuestro alrededor) o por motivaciones de nuestra vida (una semana con mucho trabajo, problemas familiares,…) producen un agotamiento físico y mental que nos llevarán a una disminución de la atención. Esto nos conducirá a cometer errores continuamente, con el peligro que ello conlleva. Así que si nos notamos excesivamente nerviosos o alterados, así como cansados, lo mejor es bajar un poco el ritmo y regularlo hasta notarnos nuevamente en forma.

3) Cambiar nuestra forma de conducir en función de las circunstancias:

a. Hay que variar la técnica si tenemos viento lateral: bajar la velocidad es una gran solución, además de intentar contrarrestar las fuerzas generadas inclinando un poco la bicicleta y agarrando fuertemente el manillar. Ojo con los adelantamientos de camión, ya que primero nos llegará un fuerte viento lateral que posteriormente conllevará un gran rebufo que nos succionará hacia él, pudiendo llevarnos contra el asfalto.

b. La lluvia es otro de los causantes de caídas. Sobra decir que hay que extremar las precauciones y, sobre todo, tener presentes los puntos conflictivos de nuestras rutas habituales, como las pinturas de la calzada, cruces peligrosos, bajadas en las que suele haber suciedad…..con las primeras lluvias hay que tener en cuenta que la carretera se encuentra especialmente sucia de tierra y grasa.

c. Si tenemos una especial aversión o fobia a los insectos, lo más importante que podemos hacer es mantener la calma y detenernos. Unos nervios de acero nos librarán del gran peligro que supondría que realizáramos aspavientos o movimientos con las manos y brazos para librarnos del dichoso saltamontes, avispa o araña. También tenemos que mantener la calma con los perros que salen a nuestro encuentro y tienen la afición de perseguirnos, ya que nos pueden desestabilizar y caernos. O con los gatos que tienen la particularidad de cruzar justo cuando vamos a pasar. Tenemos que salir a rodar mentalizados de ello ya que nuestra templanza y, sobre todo, tranquilidad, evitará males mayores.

4.Protégete bien…

Los ciclistas tenemos, por las características de nuestro deporte, pocas opciones para ir muy protegidos. Pero, dentro de nuestras posibilidades, siempre se puede intentar hacer las cosas de la mejor forma posible:

1. Casco: mientras salgamos a la carretera y sigamos viendo a ciclistas sin el casco, desde Ciclista seguiremos insistiendo en ello: hay que utilizar casco, y llevarlo bien ajustado y abrochado. Además, nos protegerá del sol en el verano y del frío en el invierno.

2. Guantes: con ellos evitaremos que las manos se nos puedan resbalar por el sudor, concediendo de esta manera una conducción más segura. Y, en caso de caída, nos protegerá.

3. Gafas: evitar cualquier impacto de insecto será fundamental para que no reaccionemos de una forma brusca y nos vayamos al suelo. Además, en días soleados, mejorará nuestra visión. Si rodamos mucho por zonas arboladas con muchos contrastes sol y sombra, unas gafas fotocromáticas son una gran solución.

4. Botiquín: busca un hueco (que siempre los hay) para un pequeño botiquín, ya que puede ayudarnos en pequeñas caídas para continuar con tranquilidad y seguridad el resto de la ruta.

Conclusión…

Nuestra seguridad tenemos que tomárnosla en serio. No vale con pensar que en determinados momentos tenemos la razón frente a otros vehículos o que nos conocemos la carretera como la palma de nuestra mano.

Ni que tenemos un potencial que nos va a permitir poder con todo. El asfalto está muy duro y, en caso de caída, es nuestro propio cuerpo el que hace las veces de carrocería. Apliquemos el sentido común, facilitemos los adelantamientos en algunos casos de baja visibilidad aunque no nos obligue la ley, respetemos a raja tabla las normas de tráfico que nos afectan, descansemos lo suficiente aunque creamos estar en plena forma, no perdamos el respeto al resto de vehículos, incluidos los demás ciclistas. Pongamos los cinco sentidos en nuestra conducción. Y sino un dato: según la DGT, en los accidentes de tráfico, la distracción es el mayor causante de ellos.

Fotos: La Vuelta  // Tour de Francia

N. De R.: Las imágenes que ilustran este artículo se han escogido a conciencia….y es que nos resultaba, digamos que, algo “insensible”, dedicarnos a insertar fotos de caídas en un artículo con recomendaciones para no caerse….¡¡hay que ser positivos!!

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José Escotto
¡El responsable de GoRide España! No falta experiencia en el área de la bicicleta (y el deporte en general) y mucho menos entusiasmo a la hora de difundir las últimas novedades sobre ciclismo y BTT.

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