Una de las acciones, posiblemente, más divertidas que existen en el Mountain Bike (y seguro que en el Gravel) es hacer derrapes en determinados momentos de nuestras rutas.
No estamos en contra de ello ya que a veces es irremediable que la rueda trasera vaya derrapando, pero tampoco es una actitud o acción muy recomendable por diversos motivos. Vamos a tratar de darte razones por las que pensamos que no es operativo derrapar y algunos pequeños trucos para evitarlo.
Motivos en contra del derrape
1.Vamos a ser consecuentes con el momento en el que vivimos, así que uno de los motivos por el que estamos en contra los derrapes es por la innecesaria erosión del medio; tenemos que respetarlo si no queremos que nos acaben “cerrando el monte”.
2.Siguiendo el hilo del punto anterior, no recomendamos que vayas derrapando cuando haya otros usuarios (corredores, senderistas, caballistas…) ya que podemos asustarlos. Y es que de esa manera colaboramos a crear una mala imagen de los ciclistas…
3.A nivel prestacional, los derrapes no mejoran necesariamente los tiempos, por ejemplo, en una bajada. Es cierto que dan una falsa sensación de seguridad pero, derrapando constantemente (a la entrada de las curvas por ejemplo), se pierde más tiempo que dosificando bien la frenada.
4.Con el derrape produces un desgaste prematuro de componentes tales como los neumáticos, los cuales nos lo comeremos literalmente si abusamos de está acción. Incluso constantes frenadas fuertes para conseguir el efecto del derrape harán que se resientan en mayor medida las pastillas, los discos y todo el sistema de frenada.
Recomendaciones para no derrapar (o derrapar poco)
1.Adelanta tus acciones: no esperes al último segundo para frenar ante una inminente curva; y es que, si frenas con más antelación, podrás incluso entrar con más velocidad en la curva y salir de ella mucho más rápido. Si esperas al último instante y derrapas, perderás mucha velocidad e inercia por lo cual ralentizarás tu ritmo y serás más lento.
2.Mira más allá de tu rueda; cuando te aproximes a una curva estúdiala con detenimiento, mira las posibles salidas, detecta obstáculos e imprevistos con antelación y evitarás sustos de última hora y clavar los frenos irremediablemente.
3.A veces, con terreno muy seco y suelto, es difícil evitar derrapes por lo que tendrás que ser muy cuidadoso a la hora de presionar la maneta de freno. Una buena idea es actuar como actúan los frenos ABS de un coche, es decir, dando pequeñas pulsaciones (por ejemplo en bajadas muy pronunciadas) para que la rueda vaya cogiendo adherencia y evitar derrapar o, al menos, minimizar en la medida de lo posible el derrape.
4.Ten tu bicicleta al día ya que, como imaginarás, un neumático trasero muy desgastado perderá adherencia con más facilidad. Y un sistema de frenos en mal estado será menos dosificable por lo que pasará de no actuar a bloquear la rueda sin ningún tipo de transición lo que hará que tu bicicleta derrape.
Conclusión
Es necesario que comencemos, con acciones pequeñas como evitar los derrapes, a colaborar por una integración de todos los protagonistas que interferimos en el cuidado del medio ambiente: a veces simplemente demostrando una imagen menos radical ganamos muchos enteros con el resto de usuarios.
Hay muchas zonas poco concurridas donde un derrape va a suponer el desgaste medio ambiental pero, en otras zonas de nuestra geografía, donde los caminos están plagados de otros usuarios, actitudes más “incívicas” pueden además mellar nuestra imagen y, a la larga, perjudicarnos…y es que ya hay muchos lugares donde se está prohibiendo el ciclismo…por favor, colaboremos todos juntos con pequeños gestos como este.